Si habláramos de las películas igual que de los juegos

El cine vuelve a verse rodeado de controversia después de que un asesinato político fuera representado en la gran pantalla. El crimen, que forma parte de un drama histórico danés, ha reavivado el debate en el pequeño mundo de los actores, una afición en la que la gente pretende ser quien no es. Si bien sus partidarios exigen respeto a sus denominadas «obras de arte», los críticos no se olvidan del lado siniestro de esta nueva forma de entretenimiento.

UN BUEN ACTOR

Pocos han oído hablar de Burbank, un pequeño pueblo en el estado de California, o de los actores mestizos que provienen de él. «Actuar para mi es una forma de escapar» dice Calhamer, uno de los actores principales de la película. Nacido en el seno de una familia inmigrante, se estableció en Estados Unidos hace tan sólo nueve años. Atrapado por la pobreza, creó un pequeño canal de Youtube en el que finge ser personajes de cómic o juegos. Irreverente, y ocasionalmente perspicaz, encontró una audiencia entre los insatisfechos adolescentes millenial.

«El cine ya no es sólo para niños» nos dice mientras mira por la ventana. «Las películas se han vuelto mejores, ya no son los 80. Ahora las películas tratan temas adultos como el sexo y la violencia». Si bien las películas suelen ser una forma de entretenimiento infantil, una nueva oleada de estrenos pretende llegar a un público nuevo mucho más adulto.

Calhamer estaba trabajando en una película que aborda la duda, la venganza y el honor cuando se produjo el desastre. Su complot para arrebatarle el trono a su hermano se hizo demasiado real cuando otro actor le acusó de crear un ambiente de trabajo inseguro. «Hay límites» declara su compañero Stefan Feld en una entrevista para el New York Times. «No sólo mató a mi padre en la película sino que, encima, me dijo que no debería picarme».

En su defensa, Calhamer dice haber estado «metido en su personaje». En la jerga de la afición, esta expresión significa que sus acciones en la película son ficticias y no representan sus verdaderas opiniones. Por tanto, su forma de actuar es perfectamente razonable. «Está en el guión», dice sonriendo. «Si Feld no quería que matara a su padre quizás no tendría que haber participado».

Pero, ese argumento no les convence a todos. «Todo el tema de seguir el guión es una excusa» dice un famoso crítico de internet. «Somos responsables por las experiencias negativas que causamos a los demás, podría haberse salido del guión». Otro es más directo aún con sus ataques. «El objetivo de actuar es pasárselo bien. Si haces que otros lo pasen mal, quizás es que no eres tan buen actor como te crees»

DISEÑOS DE PELÍCULA

Sin embargo, otros aluden a defectos con el guión de la película. «El problema es la eliminación de actores» dice el profesor Poisson, de la Universidad de Redmond. «Dejar a los actores fuera de juego es una reliquia de una época en la que no se tenía en cuenta la seguridad de los actores». Las películas modernas, nos explica, se esfuerzan porque todo el mundo se lo pase bien. «Si una película deja a sus actores frustrados, es que no está bien diseñada»

«La forma en la que actuamos en una película afecta a nuestro comportamiento», dice Poisson. Pero, ¿qué ocurre con la violencia en la vida real? Los expertos se muestran divididos. Según la Asociación Americana de Psicología (2015), la relación entre las películas violentas y el comportamiento agresivo es «una de las más estudiadas y mejor demostradas». Una política de Chicago es aún más contundente «Tenemos que tratar las películas violentas al igual que el tabaco, el alcohol y la pornografía».

En el Reino Unido, el estreno de una nueva película con escenas de tortura ha suscitado la preocupación entre los padres. La falta de interacción puede ser un factor importante en la forma en la que los adolescentes entienden las películas. «No es como un videojuego» dice uno de nuestros analistas, «En un juego como Grand Theft Auto V, tomamos nosotros mismos el mando. En una película es todo lo contrario, no existe responsabilidad».

Algunos defienden su afición esgrimiendo motivos artísticos. Pero, ¿acaso una película puede ser considerada arte? Sackson, uno de los críticos mejor valorados de la prensa internacional, responde «Nadie dentro o fuera de la afición ha sido jamás capaz de mencionar ni una sóla película comparable al trabajo de los mejores poetas, diseñadores de juegos, poetas, novelistas o poetas». A lo que añade «Enséñame un hombre que prefiera una película a Wolfestein 3D y te monstraré a un tonto».

Los fans aprovecharon la oportunidad para recomendarle películas favoritas como «Fitzcarraldo«, «Koyaanisqatsi» o «Batman: El Caballero Oscuro«. Pero Sackson no cambió de opinión: «Las películas representan la pérdida de esas preciosas horas de las que disponemos para hacernos más civilizados». Ante estos argumentos, incluso los aficionados más acérrimos reconocen que puede que tenga razón. «Quizás las películas todavía no son lo suficientemente buenas como para ser arte» confiesa un periodista del cine.

PASADO Y FUTURO

Pese a las controversias, el mundo del cine está preparado para hacerlo mejor que nunca. A principios de este mes, una de las editoriales de cine más importantes prometió volver a poner su catálogo de «Clásicos» a disposición del público. «Estamos actualizando nuestras películas antiguas y dotándolas de color y otras mejoras de calidad de vida», afirma el jefe de márketing del estudio.

«Nos tomamos la diversidad muy en serio» dice señalando a los pósteres que decoran su oficina. «Hace poco fui a un evento del estudio con películas de los años 60 y 70. Eran verdaderas antiguallas, ¿quién quiere ver pelis así?». Afortunadamente, las cosas van a mejor «Hemos sustituido las versiones obsoletas de Metrópolis y Star Wars por otras que ofrecen una experiencia muy superior para el espectador».

Las películas se han vuelto un tema tan serio que una minoría de actores exige que pongan su nombre en la portada. Pero no a todos les parece importante, «Hemos decidido que no queremos que nos acrediten» dice un productor de películas analógicas. «La única excepción son los maquilladores, por temas del sindicato». La industria crece a pasos agigantados. Como dice el director «superestrella» Wolfgang Kramer, «todo el mundo está buscando su momento Tetris«, incluyéndole a él.

Por ello, le presta atención a todos los detalles de la experiencia «Nuestro objetivo es hacer películas que tengan buena pinta en Instagram» Puede que no lo sea todo, pero el aspecto de una película en la cartelera es fundamental. «Si no veo cómo mejorarlas como producto, y rápido, me niego a trabajar en ellas» sentencia antes de irse. Mientras la figura del director se desdibuja en el horizonte, me invade un sentimiento de melancolía. ¿Llegarán las películas a ser arte? Quizás pronto sepamos la respuesta.

10 comentarios

  1. Una buena dosis de ucronia siempre viene bien .

    Tocas varios temas en el artículo, así que ante el absurdo que presentas, me centraré tan solo en cómo de interiorizado tenemos el mantra de ‘ahora se hacen mejores juegos que nunca’. Es un tema que parece indiscutible y de ello se derivan argumentos poco compatibles con una crítica artística del medio, como bien dejas en evidencia. De las nuevas tendencias sobre ‘juegos amables’ o instagramabilidas, hablamos otro día.

    También hay que reconocer que el cine ha pasado por esa etapa. Hace poco más de un siglo, solo servía como entretenimiento circense y durante décadas tuvo que enfrentarse a una continua comparación con el más elevado arte de la literatura. Afortunadamente, los actores relevantes (pun intended) supieron identificar los elementos que hacían al cine único como medio para contar historias. Y con los juegos, sabemos transmitirlo?

    Finalmente, personalmente me da mucha envidia que para cualquier película que veas (por “vulgar” que sea) puedas encontrar *fácilmente* en filmaffinity una review con perspectiva histórica, criterio y hasta una cierta calidad literaria escrita por un aficionado. Solo puede entenderse gracias a los gigantes que crearon esa cultura de la crítica y ese lenguaje común durante décadas. La envidia siempre es sinónimo de deseo, así que ahí el mío y te agradezco la labor en ese sentido

    Un abrazo!

    1. Mucha gracias Carles,

      Yo también creo que se tiene muy interiorizada la idea de que «cada vez los juegos son mejores». Los juegos sufren mucho de lo que los anglosajones llaman «la concepción whig de la historia» de donde se parte de un pasado terrible (Monopoly) y se avanza inexorablemente hasta un presente maravilloso (Los juegos de hoy). Y como el presente es efímero al final sólo queda el novedoso futuro mejor.

      Lo de que pasó exactamente igual con el cine es cierto. De hecho, cuando salió todo el tema de Roger Ebert (Sackson, en mi artículo, las citas son todas reales), se dijo. Que los mismos argumentos que usaba él para decir que los juegos no eran arte al final eran los mismos que se habían usado contra el cine y, si nos remontamos a hace mucho tiempo, contra el teatro.

      Lo último pues por una parte da envidia, por otra, también es una oportunidad. En el cine ya está «todo dicho», aquí tenemos el placer de luchar contracorriente y ver las cosas desde cero. Algo bonito tiene.

      Así que gracias a ti también Carles 😉

  2. ¿Veremos algún día el Tetris de las películas?

    Más allá de la broma, no es lo mismo llamar arte a algo, que tratarlo como arte. En cuanto a los videojuegos, ya que de juegos de mesa no controlo, de poco sirve llamarles arte, si día tras día, los tratas como un producto de consumo efímero, atado a la más estricta actualidad.

    Si solo te ciñes a la actualidad nunca vas a hablar de los problemas de largo recorrido que tiene esta industria. Que el videojuego sea arte o no depende de su historia. Y la verdad es que es casi imposible conocer la historia de este medio porque es farragoso. Si tienes un reproductor de DVD, conexión a internet y 10 euros en el banco, tienes acceso a prácticamente todo el cine de la historia. Para videojuegos, necesitas veinte cachibaches, que requieren mucho espacio y dinero. Y la emulación es una solución incómoda y desagradable, por mucho que los pceros intenten negarlo.

    «Por fin los jugadores pueden jugar a este clásico» Es lo que te dice la prensa cuando sale un remake en una consola sin retrocompatibilidad. Te lo pintan como algo bueno y ni media queja de cómo es la propia empresa quien ha metido la zancadilla a los jugadores.

    Muy buen artículo. Tenías razón en que iba a gustarme

    1. Muy de acuerdo en que si solo te ciñes en la novedad no ves los problemas de fondo.
      Tan solo un comentario en cuanto a la accesibilidad del cine: no es esto tremendamente reciente? Antes del p2p, era muy dificil poder ver muchas obras y eso no impedía que hubiera una perspectiva histórica sobre la disciplina. Cuando empecé a aficionarme a la música también era imposible (o muy caro) escuchar según qué discos, pero sabías de ellos gracias a la prensa especializada. Ahora todo esto ha cambiado (y ojalá hubiera llegado antes), pero no lo veo como una condición necesaria para tener perspectiva histórica.

      Quizás te refieres a que la barrera es el mantenimiento de las videoconsolas en sí. En el caso de los juegos de mesa, cuya una característica clave es que no se vuelven obsoletos, estamos más o menos en las mismas. Es entonces una cuestión de atención de la industria y los aficionados? O es algo inherente a los bienes no reproducibles digitalmente? Me decanto más por lo primero.

      1. Pues ahora que lo dices, es cierto. Eso me obliga a añadir un matiz. Que antes las pelis y canciones tenían difícil acceso por falta de tecnología, pero no faltaban ganas de que eso se difundiese con facilidad. En videojuegos, hoy se podría acceder a todo fácilmente, pero no hay ganas. Las barreras a la accesibilidad se ven como algo bueno.

        El problema es complejo y la culpabilidad de unos u otros no es evidente. Y sí, es cierto que el cine fue tratado con el respeto que merece mucho antes de ser accesible. Pero bueno, como es un punto que el artículo toca hacia el final (con lo de los remakes) me apetecía ampliarlo. Hay frases que me provocan sarpullidos, como esa de «revisión adaptada a los estándares actuales».

        Me gustaría que se empezase a hablar de la retrocompatibiilidad como algo indispensable y de la guerra de los exclusivos como algo contraproducente para los jugadores. De hecho, me parece curioso que Xbox esté contribuyendo en este aspecto. La verdad es que agradezco lo que está haciendo esta empresa últimamente.

        1. Yo creo que se ha notado mucho, ya no por tecnología sino simplemente por lo mismo que dices: Gente con ganas que se ha esforzado por restaurar, y bien, muchas películas. Ahora te puedes pillar Filmin o The Criterion Collection y ver películas con una facilidad que era impensable hace tan sólo unos años. A mi me gustaría que hubiera más iniciativas así en el mundo de los juegos.

          A mi me encantaría, incluso por coleccionismo, tener ediciones «perfectas» de todos los juegos clásicos. Y ya si tienen entrevistas, material adicional y tal ni te cuento.

    2. Me parece muy importante lo que dices Gonzo. Al final lo que importa es el día a día, no la definición exacta de arte que hace que Flower sea reconocido como tal. De hecho, el ejemplo que más me viene la cabeza es bastante reciente. Hace poco hubo una campaña que decía que «Los juegos de mesa son cultura». A priori, estoy de acuerdo y me parece importante. Pero esto no venía por los méritos artísticos o porque no se valoren sino por algo mucho más simples: Al no ser considerados cultura, se paga un IVA más alto y no podrías comprarlos con el «bono cultural» que propuso Pedro Sánchez y que ya se implementó de forma parecida en Francia. Esto es, por la pela.

      Al final es lo mismo. Y estoy de acuerdo que es muy farragoso acceder a la historia. Yo hace poco tuve la idea de escribir un artículo en el que recomendara videojuegos a aficionados a los juegos de mesa. Y me topé de cara con el problema porque muchos de los juegos que recomendaría simplemente no están disponibles. O hace falta emularlos, o no están en castellano o las versiones que hay disponibles funcionan mal y tienes que ponerles tres parches. Así de cabeza me vienen el Monkey Island y Fire Emblem. Y claro, para mi no es un problema, pero para muchos es un imposible. Y te hablo de cosas tan básicas como de que salgan en la resolución correcta.

      De verdad me alegro de que te haya gustado y muchas gracias por tu comentario, es muy buen aporte.

      1. Gracias. Y sinceramente: qué vergüenza lo del IVA…

        En definitiva, la consideración de los juegos como arte empieza por uno mismo. No hay que esperar a que la sociedad se ponga de acuerdo, y mucho menos pedirle permiso a la gente para llamarlos «arte». Lo que hay que hacer es considerarlos arte con toda la naturalidad del mundo y a diario. No digo nada que tú no sepas, pero vamos, solo por reafirmarlo.

  3. No se si reír o llorar jajaja :c,

    Me parece una forma rarísima ,pero creativa y funcional, de mostrar lo ridículo que se ven las declaraciones de la gente sobre los videojuegos.

    Confiese que no he sido capaz de pillar todas las referencias, solo algunas como las declaraciones de Jim Ryan en gran turismo o Roger Ebert , pero igual se comprende.

    «Estamos actualizando nuestras películas antiguas y dotándolas de color y otras mejoras de calidad de vida», Hasta parece un chiste de mal gusto. Pero bueno, el mero hecho de saber que existe gente como tu me da esperanza, de poco en poco se va avanzando, y esto ya paso con el cine antes.

    Y si no, y el debate se hace eterno entre «los mas grandes», me da igual, se que hay gente que ama los videojuegos haciéndolos y jugándolos.

    1. Yo me rio, pero luego lloro por dentro. No te preocupes por entender todas las referencias, creo que también es un poco la gracia, el no saber si estas cosas tan ridículas son reales o no. Que lo son. Todas. Hasta las que me duelen en el alma.

      De todas formas, creo que señalas algo importante con lo del debate entre «los mas grandes». Ante todo, creo que lo más importante que hago es dar otro punto de vista. Creo que el mundo de los juegos es muy cerrado de mente y nos creemos que existe una única forma de ver las cosas, desgraciadamente, la más consumista. Pero no tiene que ser así y dar alternativas nos puede abrir la puerta a ver los juegos de una forma mejor.

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