La mayor parte de títulos de deducción se vuelven aburridos tras un par de partidas. Como el puzle es siempre el mismo, pueden llegar a ser muy repetitivos. Sin embargo, La Búsqueda del Planeta X es de los pocos que mejora cuanto más se juega. Gracias a sus dos niveles de dificultad y su interacción entre jugadores, tenemos mucho margen para hacerlo mejor. Al fin y al cabo, todo gran avance científico empieza con un par de sondeos y una teoría descabellada.
CÓMO BUSCAR
La Búsqueda del Planeta X se basa en dos principios. El primero es que la información precisa es más difícil de conseguir que los datos inexactos. La segunda es que se nos pedirá publicar teorías cada dos o tres turnos, incluso si no hemos encontrado nada. Toda investigación de éxito combinará estos dos factores. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pues cada principio se encuentra en un extremo del espectro deductivo del juego.
Suelo empezar con sondeos lo más amplios posibles. Cuanto más amplia sea nuestra búsqueda, mayor será el número de sectores sobre los que tendremos información. Esto nos ayuda a ver patrones, como la disposición de los asteroides o dónde se concentran los cometas. Como la falta de un elemento en un sector aumenta la posibilidad del resto, esta es la forma más sencilla de hacernos una idea general.
Haz que tus acciones se solapen. Por ejemplo, podemos investigar sobre un par de elementos y luego sondear el cielo buscando uno de ellos. Después, podemos realizar un segundo sondeo que cubra varios de los mismos sectores del primero. Esto nos permite comparar resultados entre uno y otro, algo muy útil. De hecho, es mi forma preferida de encontrar asteroides. Aparecen, o por parejas, o en grupos de cuatro, lo que hace que sea sencillo detectarlos.
Pongamos un ejemplo práctico. Imagina que hacemos dos sondeos que se solapan en dos sectores. Las dos veces la aplicación nos indica que hemos encontrado dos asteroides. ¿Qué podemos deducir de esto? Lo primero, que los asteroides se encuentran por parejas y no en un sólo grupo de cuatro. Por lo tanto, o bien tenemos una pareja en el solapamiento o dos parejas fuera de él.
Para ser más exactos, si hay una pareja en el solapamiento, la otra tiene que estar en los espacios que aún no hemos sondeado. Por tanto, si hay dos parejas en la zona que hemos sondeado, será justo lo contrario. Ambas situaciones no pueden darse a la vez, así que cualquier contradicción nos revelará la posición exacta de todos los asteroides. Solapar búsquedas es una forma eficiente de obtener resultados exactos.
Podemos utilizar este principio para excluir sectores de nuestra búsqueda. Recuerda, si un elemento no está en un sector, lo estará en otro. Pero no te preocupes si todo esto se te escapa. La Búsqueda del Planeta X sería mucho más aburrido si todos jugásemos como robots. Como siempre, lo importante es intentarlo. No pasa nada por perder si nos sirve para hacerlo mejor la próxima vez.
PUBLICA, PUBLICA, PUBLICA
Nos ha pasado a todos. Apenas nos habíamos sentado y jugado un turno y el juego ya nos vino a pedir teorías. Uno de los mejores aspectos de La Búsqueda del Planeta X es que pone a prueba nuestra deducción de forma continuada. No vale con alcanzar la solución al final, tenemos que ir dando resultados inmediatos o los contables del Consejo de Astronomía te cortarán el grifo.
No le tengas miedo a publicar. La penalización por teorías erróneas es muy pequeña. De hecho, normalmente la partida termina antes de que se puedan revisar todas. Por tanto, la verdadera penalización es no conseguir puntos. No vas a perder por un poco de tiempo, pero sí por tres o cuatro puntos. Hasta un 50% de posibilidades de encontrar un cometa o planeta enano justifica publicar teorías.
Con práctica, se volverá menos necesario jugársela. Siempre existen formas de conseguir la suficiente información para no tener que hacerlo, incluso en un sólo turno. Pero es imposible jugar tan bien sin fracasar antes. No intentarlo es un error más frecuente e importante que publicar teorías erróneas. Naturalmente, no queremos cometer errores de novato, pero no son tan graves.
También es posible realizar dos acciones antes de publicar nuestra primera teoría. Si empezamos investigando o haciendo uno de los sondeos ultra-anchos del juego experto, no cruzaremos la línea que dispara la publicación hasta el próximo turno. No es siempre la mejor forma de obtener información pero, si estás perdido, puede ser una buena opción.
Una vez se nos de bien publicar teorías, podemos intentar exprimirlas para sacar más puntos. Encontrar cometas otorga un 50% más de puntos que los asteroides y nos permite aprovechar al máximo cada fase de teorías. Normalmente, los jugadores acaban a relativamente poca distancia los unos de los otros por lo que es posible ganar a base de encontrar más Planetas Enanos y Nubes de Gas que los demás.
RIVALIDAD CIENTÍFICA
Gran parte de la información disponible en La Búsqueda del Planeta X proviene de nuestros rivales. Puede que no sepamos qué resultados han obtenido pero sí lo que han buscado. No dejan de ser una fuente abundante de información. Cada turno sólo podemos realizar una acción, pero cada uno de nuestros rivales nos da una pista. Puede ser una gran ventaja si sabemos aprovecharla.
Todo empieza por apuntar las acciones de nuestros oponentes en la hoja. Es un factor clave. Incluso si lo que apuntamos no nos parece útil al principio, puede acabar siendo vital al final de la partida. El propio juego nos deja un espacio para tomar notas y todo factor, por pequeño que parezca, puede ser la clave para encontrar el planeta X. Es uno de los mejores aspectos del juego, no podemos prescindir de él.
Pero, ¿cómo es posible aprovecharse de estas pistas si no sabemos qué es lo que han encontrado? Muy sencillo, tan sólo tenemos que usar los mismos métodos deductivos que en el resto del juego. Esto es, si han buscado información, algo habrán aprendido. No es mucho, pero es suficiente como para ir haciéndonos una idea de qué han descubierto nuestros oponentes.
Imagina que a la rival de tu izquierda le gustan los cometas. Empezó la partida visitando una conferencia sobre el tema y, en cuanto volvió, realizó un sondeo sobre ellos. En cuanto llega la fase de investigación, coge una ficha de teoría y la pone en uno de los pocos espacios del juego en los cuales puede haber cometas. ¿Eres capaz de adivinar sobre qué trata su teoría? Seguro que sí.
Puede que no hayamos investigado nada sobre los cometas pero es seguro decir que ella sí. Es la única información de la que dispone. Su teoría ha de ser sobre los cometas porque no tiene sentido que fuera sobre cualquier otro elemento. Por tanto, podemos seguir su ejemplo y jugar nuestra propia ficha de teoría en el mismo espacio que ella. Por supuesto, plagiarle a tu novia su investigación no es una gran muestra de afecto, pero lo importante son los puntos, ¿no?
Esto es extrapolable a todo tipo de situaciones. Si nuestra investigación no arroja resultados concluyentes, podemos ver las acciones de los demás por si se nos escapa algo. Intenta adivinar qué saben y si han obtenido resultados. Generalmente, los científicos buscan hasta encontrar una respuesta. Si se ven obligados a hacer dos sondeos sobre el mismo elemento, lo más probable es que el primero no tuviera éxito.
Por último, no te olvides de revisar el tablero. Tus rivales no pondrán teorías en espacios vacíos a menos que se equivoquen. Por tanto, puede ayudarnos a encontrar nubes de gas y hasta posibles lugares donde se encuentre el planeta X. Aún así, suelo apuntar esta información de forma distinta, no me fio tanto de mis rivales como para marcarlo con bolígrafo. Tan sólo siguelos un poco, lo suficiente como para aprovecharte y adelantarlos ¡Mucha suerte!