Brass Birmingham: ¿Deberías desarrollar tus cervecerías de nivel I?

Cuando empecé a jugar a Brass Birmingham solía quitarme las cervecerías de nivel I mediante una acción de desarrollo. Es una jugada tan aparentemente buena que tardé en darme cuenta de que no era la mejor. Según fui mejorando, empecé a explorar alternativas. Construir estas cervecerías no sólo es una buena forma de conseguir más cerveza sino que también hace posible obtener una mayor puntuación.

EFICIENCIA

El atractivo de desarrollar las cervecerías de primer nivel radica en poder darle la vuelta a las fichas de nivel II durante la era del canal. Esto nos da 10 puntos, un buen número dado su coste y alto nivel de ingresos. Es una forma de aprovecharse de la eficiencia de las cervecerías y que nos obliga a competir por ellas. Es algo que suele dar buenos resultados, por lo que no es mala estrategia.

Sin embargo, no es mucho mejor que otras jugadas. Los talleres y fundiciones dan la misma cantidad con sus fichas de nivel II que las cervecerías. Sus ingresos son menores pero no es una diferencia enorme. De hecho, el dinero que se obtiene por vender hierro suele ser más útil que los dos puntos de ingresos adicionales que da una cervecería.

Por tanto, si bien es una jugada eficiente, no lo es tanto como para que podamos olvidarnos de sus defectos. En primer lugar, gastarnos una acción en desarrollar nuestras cervecerías significa que tendremos menos para hacer lo mismo con otras industrias. Las algodoneras necesitan desarrollo para poder construirse en la segunda era, así que no hacerlo reduce nuestras opciones.

En segundo lugar, las cervecerías necesitan otras industrias para darse la vuelta. Su eficiencia se ve mermada si le regalamos sus barriles a nuestros oponentes. Por tanto, son fichas que dependen mucho de tener otras industrias. Al comienzo del juego puede que sea más fácil aprovecharse de las cervezas del mercado que utilizar la nuestra.

Estos dos factores reducen el valor de sacar cervecerías de nivel II. No van a hacer que ganemos muchas más partidas que las de primer nivel y tienen bastantes defectos. Como toda jugada en Brass, cada acción abre nuevas oportunidades a nuestros oponentes. Personalmente creo que el mayor defecto es que no se asegura la suficiente cerveza como para ganar fácilmente la partida.

CERVEZA

En Brass Birmingham la cerveza es el recurso más importante. Es lo que permite construir dos ferrocarriles con una sola acción y dar la vuelta a la mayor parte de industrias. Pero también es un bien escaso. Está disponible sólo en cantidades limitadas y fuertemente peleadas por los jugadores. Si desarrollamos nuestras cervecerías de nivel I, también reducimos nuestro acceso al líquido alcohólico.

No podemos olvidar que sólo hay 11 espacios para cervecerías. Colocar fichas de nivel II en la primera era significa que se podrán poner menos en la segunda. Dada la dura pugna que se da por estos espacios y que algunos serán tapados por otras industrias, el impacto de esta jugada es mayor de lo que parece. Un menor acceso a cerveza reduce la cantidad de ferrocarriles rentables e implica partidas de menor puntuación.

Por el propio funcionamiento del juego, estos espacios perdidos estarán más cerca de nuestras industrias que las de nuestros oponentes. Al fin y al cabo, parte de la gracia de las cervecerías es su doble valor de enlace y no podemos construir cervecerías artesanales sin enlazarlas. Por ejemplo, tapar la casilla cerca de Worcester y Kidderminster hará que sea más difícil darle la vuelta a las algodoneras que se construyan allí.

También es importante recordar que sólo disponemos de siete cervecerías. Si desarrollamos las dos primeras y colocamos la tercera y la cuarta en la era del canal eso nos deja con sólo tres fichas para el resto de la partida. Eso equivale a 6 barriles, la mitad de los cuales irán a nuestros oponentes. Es difícil quedarnos con toda la producción.

Se nos hará complicado ganar con tan poco cerveza. Y eso asumiendo que podamos colocarlas todas. Puede no ser posible, sobre todo con menos espacios en el tablero de lo normal. Predeciblemente nuestros rivales se pelearán más por esos espacios y serán menos propicios a compartir sus barriles. Esta no es la posición más favorable en la que nos podamos encontrar.

A fin de cuentas, la situación no es simétrica. Si bien nuestros rivales tendrán que adaptarse, también dispondrán de un mayor número de cervecerías para hacerlo. Además, pueden haber tenido esta escasez en cuenta desde el comienzo de la partida y haber optado por estrategias menos dependientes de la cerveza. Por ello prefiero jugar partidas más típicas donde tenga todas las fichas a mi disposición.

ALTERNATIVAS

Sea como fuere, no hace falta sacarle más jugo a las cervecerías. La ficha de primer nivel ya es buena incluso si sólo puntúa una vez. En vez de centrarme en mejorarlas, suelo dedicarle más tiempo a otras industrias. Las fundiciones y los talleres son bastante buenas al principio del juego y es fácil darle la vuelta a las primeras con una acción de desarrollo.

Colocar más industrias y luchar por enlaces clave nos puede dar la suficiente presencia en mesa como para compensar la falta de eficiencia. No hace falta que todas las jugadas nos den puntos al momento, a veces gastar una acción en explorar o en colocar una industria de bajo nivel es mejor a largo plazo.

A algunos jugadores expertos les gusta sobreconstruir sus propias cervecerías durante la era del canal. Esto mezcla las dos estrategias: Aumenta la cantidad total de cerveza a la que tenemos acceso a la vez que nos permite puntuar la misma ficha dos veces. Si, es verdad que perdemos los cuatro puntos de la cervecería original pero seguimos sacando sus ingresos y su barril.

En cierto sentido, es otra forma de entender el desarrollo. El resultado final es el mismo, lo único que cambia es el proceso. Si bien no creo que sea una estrategia útil en todas las partidas, es una buena forma de conseguir más cerveza al comienzo del juego. Dependiendo de nuestra mano puede que sea más fácil explorar o construir canales para enlazar con otras ciudades.

De hecho, no deberíamos olvidar que podemos sobreconstruir nuestras propias cervecerías al final de la partida. Esto nos permite seguir colocando industrias de alto nivel, como las algodoneras, incluso cuando parezca imposible conseguir más cerveza. En el fondo, no hay una única forma de jugar a Brass Birmingham, sólo diferentes herramientas que podemos utilizar o no según la ocasión.

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