Se suele pensar que a los críticos les gusta ser negativos. Al menos es uno de los estereotipos más comunes que se tienen de ellos, los cuales suelen aparecen en libros y películas como despiadados comentaristas que disfrutan arruinándole la fiesta al protagonista.
Es una exageración, por supuesto. Pero, aun así, hay mucha gente que cree que disfrutan particularmente de las malas críticas, quizás porque son incapaces de crear o porque se creen superiores a los artistas cuyo trabajo critican. Y yo creo que merece la pena hablar un poco sobre esta creencia.