¿Eclipse o Twilight Imperium? Ninguno. El mejor 4X de los juegos de mesa es March of the Ants, una pequeña producción de Tim Seisner y Ryan Swisher. De menos de una hora de duración, es un juego que deja de lado los excesos del género para reforzar sus cimientos.
TÚNELES
En March of the Ants controlamos una colonia de hormigas. Dirigimos a nuestras trabajadoras en el tablero, recolectamos recursos y jugamos cartas para hacer evolucionar a nuestra especie. Dominando los hexágonos centrales del tablero y luchando contra otros jugadores podemos conseguir puntos de victoria. Quien más tenga al llegar el invierno, gana.
Durante nuestro turno podemos elegir entre cuatro acciones. La primera es marchar para mover hormigas o llevar más al tablero desde nuestras reservas. La segunda es explorar para añadir un nuevo hexágono y, la tercera, es robar dos cartas. Por último, podemos sacrificar hormigas y larvas para jugar eventos y hacer evolucionar a nuestra especie. Todas estas acciones, menos la última, consumen comida, que siempre es escasa.
Siempre que un jugador toma una acción el resto tienen derecho a reaccionar, como en Puerto Rico. Si has jugado a Eclipse o Twilight Imperium todo esto te resultará similar. Y lo es. El atractivo de March of the Ants no radica en su novedad. Al contrario, es un título excelente porque se centra en mejorar la experiencia de juego mediante mecánicas sencillas.
No hay una fase de expansión de más de una hora en la que jugamos por nuestra cuenta hasta que nos topemos con nuestros vecinos. En lugar de empezar en las esquinas del mapa y expandirnos hacia el centro, empezamos directamente en ese sitio. Es un detalle menor, pero son estos detalles los que hacen que March of the Ants destaque.
El combate es rápido y determinista. Los jugadores descartan una carta y añaden su valor de «ferocidad» al número de hormigas que tienen. El número más alto gana, pero ambos bandos sufren grandes pérdidas. Podemos conseguir una ventaja evolucionando la cabeza de nuestras hormigas, pero esto sólo funciona contra aquellos que tengan menos que nosotros. El combate tiene un toque al Civilization de Tresham que me agrada y le añade mucha tensión.
March of the Ants es así. No tiene fases de negociación innecesarias y las tres formas más importantes de puntuar exigen interactuar con los oponentes. No tiene una lista de reglas, miniaturas y características. Lo que tiene son buenas mecánicas que funcionan bien entre sí.
De hecho March of the Ants sólo usa tres tipos de recursos. El truco está en que cada uno tiene varios usos. La comida es necesaria para tomar acciones pero también para alimentar a nuestras hormigas. Las cartas pueden ser jugadas o usadas en combate. Por último, los cubos de nuestra reserva, que representan larvas, pueden ser usados como moneda o transformados en hormigas reales en el tablero.
EVOLUCIÓN
Aún así, March of the Ants no trata sólo de controlar áreas. Es un juego de conquista y desarrollo con todo lo que esperamos del género. Luchamos, recolectamos recursos y cambiamos nuestra facción usando cartas. El genio radica en poner las evoluciones, las formas de puntuar y los eventos en el mismo mazo de 66 cartas, lo que da flexibilidad al juego y evita el sobredimensionamiento.
Todas las cartas de evolución son diferentes. Podemos desarrollar alas para volar a cualquier parte del tablero, convertir a nuestras hormigas en bombas o conseguir puntos de victoria compartiendo espacio con nuestros oponentes. No son los típicos +1/-1, sino herramientas que dependen de nuestro ingenio táctico.
Los eventos abarcan desde movimientos adicionales o ganar recursos a un reinicio casi completo del tablero mediante una lluvia de verano. Podemos jugar objetivos que nos recompensan por evolucionar, huir de nuestros enemigos o acumular larvas. Puntos que se consiguen todos los turnos, lo que incentiva a nuestros oponentes a interferir en los planes.
Con tantos efectos distintos en el mismo mazo existe la posibilidad de no robar la carta adecuada. March of the Ants soluciona este problema mediante las reacciones estilo Puerto Rico que mencioné antes: Jugar una carta permite al resto de jugadores robar y descartar, permitiéndonos así escarbar en busca de posibilidades. En todas mis partidas hemos acabado montando un nuevo mazo con el descarte, lo que indica que vimos todas las cartas.
También existen ciertos efectos interesantes en los propios hexágonos. Algunos vienen con un ciempiés, que matará a nuestras hormigas a menos que consigamos apabullarlo y convertirlo en comida. Hay agujeros de gusano que conectan varias casillas y algunos sitios especiales también dan puntos de victoria u otros recursos inusuales en vez de comida y larvas.
COMPONENTES
March of the Ants fue el primer juego editado por Weird City Games y, por tanto, no alcanza los mismos valores de producción que las ediciones de compañías ya establecidas. Los componentes son cubos y cartón y las ilustraciones fueron hechas en gran parte por los propios diseñadores. Pero me parece un juego atractivo. Tiene una dirección artística interesante y las ayudas de juego son extremadamente claras.
March of the Ants es un título inusual en cuanto a que funciona mejor con un número impar de jugadores. El turno se acaba cuando dos jugadores han pasado, lo que funciona bien con 3 pero no tanto con 4. Personalmente, sólo lo jugaría con 3 o 5. Hay muy pocos juegos que sean buenos a 3 y casi ninguno en este género, así que acaba siendo un punto a su favor.
Como otros juegos de Kickstarter, la caja incluye un buen puñado de variantes. Tiene un modo en solitario, uno de dos jugadores, uno cooperativo en el que luchas contra ciempiés y otro que añade poderes asimétricos. Ninguno es particularmente interesante y, dada la calidad del juego base, apenas los he usado. Aún así, se agradece.
La excepción es la variante de partida larga, que soluciona uno de los mayores defectos de March of the Ants: A veces se acaba demasiado rápido. Jugar una estación ayuda a que la experiencia sea más redonda sin sobrepasar los 60 minutos.
March of the Ants es demasiado tradicional como para superar a los clásicos. No tiene un equivalente a las calamidades de Civilization, la sátira de Food Chain Magnate o los poderes de Dune. Es más otra vuelta de tuerca que un juego basado en ideas nuevas. Pero es una gran vuelta de tuerca y tengo ganas de jugarlo más.
MARCH OF THE ANTS (2015) | |||
---|---|---|---|
DISEÑO | Tim Eisner Ryan Swisher | ILUSTRACIONES | Tim Eisner Ryan Swisher Peter Wocken |
EDITORIAL | Weird City Games | DURACIÓN | 60 Minutos |
NÚMERO DE JUGADORES | 3-5 (Mejor con 5) | PUNTUACIÓN | ★★★★ |