He aquí un secreto a voces: Los críticos odian ponerle nota a los juegos. Para muchos de mis colegas, añadir un sistema de puntuación a sus artículos es una forma de dirimir su trabajo. Se puntúa, sobre todo, por obligación y no son pocos los que creen que empeoran la calidad de los debates en torno a los juegos. Entonces, ¿Por qué lo hago yo? Para mí, ponerle nota a los juegos no es un obstáculo a batir sino una potente herramienta para clasificar y descubrir.
RECONOCIMIENTO LÚDICO
El motivo principal por el que uso un sistema de puntuación es ayudar a mis lectores. Poniendo una nota junto al título de mis críticas, se puede intuir mi opinión sobre un juego. Con tan sólo un vistazo rápido, podéis saber qué juegos me gustan más y también sobre cuáles tengo opiniones más inconformistas. Es una información útil. Al fin y al cabo, una razón importante por las que leer críticas es descubrir qué juegos son buenos, cuáles no y por qué.
Nadie quiere tener que sacar artículos al azar de una lista de nombres para buscar una recomendación. Por eso os digo, directamente, cuáles son los juegos que más valoro. Igualmente, si quieres leer una opinión discordante, o simplemente entretenerte con una crítica de un juego terrible, es fácil hacerlo. Poner una nota junto al título tiene ventajas claras de las cuales no me gustaría prescindir.
No todos los juegos son famosos, quizás porque fueron publicados por una editorial pequeña o son muy antiguos. Me vienen a la mente títulos excelentes como March of the Ants, Gain Ground o Hanamikoji. Sus nombres no significan nada para la mayor parte de lectores, pero las cuatro o cinco estrellas que los siguen, sí. La nota indica una recomendación clara, una señal de que debemos leer la crítica si buscamos juegos interesantes.
Lo mismo ocurre con las críticas negativas. Wingspan, Deep Sea Adventure y Blood Rage han sido ampliamente halagados. Si no pusiera notas, mis lectores podrían pensarse que mi opinión es tan positiva como la de todos los demás. Eso es una oportunidad menos de aportar una perspectiva distinta sobre juegos de los que todo el mundo ha oído hablar.
Si eres como yo, probablemente busques críticas tanto positivas como negativas. Siempre que me llama un juego, busco gente a la que le guste, para entender mejor su atractivo, y gente a la que no, para entender mejor sus defectos. Los sistemas de puntuación hacen que este proceso sea mucho más fácil. No me puedo ni imaginar cómo se podría hacer si las críticas no tuvieran notas.
EXPECTATIVAS
Una parte importante de la crítica es enfrentarse a nuestras propias expectativas. Las críticas forman parte de una conversación mayor. Afectan a la forma en la que hablamos con los demás y los sistemas de puntuación pueden ser una herramienta importante en esa batalla. Pese a ser poco sutiles, son una manera sencilla de intercambiar opiniones, una forma de comunicación de la cual todos podemos aprovecharnos.
Por ejemplo, es difícil que pasen dos semanas sin que figuras clave de la industria de los juegos de mesa abran un debate sobre las críticas negativas. Diseñadores, editoriales y hasta algunos críticos se plantean si son necesarias o si son tan solo una forma de quejarse. Por regla general, se nos sugiere bajar el tono o, al menos, añadir «en mi opinión» a todas nuestras críticas para suavizar el golpe.
Dar notas bajas es toda una declaración de intenciones. Es un detalle menor, pero indica que no estoy de acuerdo con la idea de que haya que bajar el tono. Deja entrever que no me da miedo debatir, incluso cuando mi opinión es minoritaria. Muchos de mis lectores me descubren por mis artículos de estrategia. Enseñarles que hablo de todo tipo de juegos y no sólo de mis favoritos me parece fundamental.
Pero no sólo las críticas negativas necesitan defensa. Al contrario, las críticas más rompedoras son, casi siempre, positivas. El mundo lúdico tiene una concepción bastante reducida de lo que puede ser un gran juego. Si un título es viejo, simple o poco conocido, puede ser alabado, pero sólo de aquellas formas que no cuestionen el status quo. Existe una cierta resistencia a darles una valoración plena; no vaya a poner en entredicho nuestra forma de pensar.
Mi puntuación de cinco estrellas de Gradius II, que fue publicado hace casi cuarenta años, demuestra que no desdeño los juegos por su edad o su tecnología ¡Es más controvertido de lo que parece! Igualmente, dar buena puntuación a The Mind, título frecuentemente criticado por ser una «actividad», también dice mucho de mí. El hecho de que lo valore al igual que todos los demás juegos indica que, para mí, no es tan distinto a los demás.
CONTROVERSIAS Y OTROS PROBLEMAS
Esto no quiere decir que dar notas sea un sistema perfecto. Es innegable que se les da demasiada importancia. A veces, la crítica acaba siendo menos importante que la puntuación. En vez de hablar de la opinión del crítico o sus argumentos, el debate se centra en si la nota es demasiado alta o demasiado baja, como si al final lo único que importara fuera el número. La mayor parte de críticos con los que he hablado aluden a este hecho para explicar su desagrado con los sistemas de puntuación.
Las notas también forman parte del tejido consumista de nuestra forma de arte favorita. A veces se ven como un sello de aprobación más que como una muestra de interés artístico. Hay quien trata una mala nota como si fuera un ataque personal. Reducir la puntuación de un juego en Metacritic suele provocar todo tipo de insultos hacia el crítico responsable, sobre todo de gente que aún no lo ha probado.
Dicho esto, no es un problema que me haya afectado personalmente. Mis lectores no han venido a quejarse de mis críticas. La mayor parte creen que son útiles. Al fin y al cabo, aquellos a los que les gusta mi trabajo lo hacen porque mi perspectiva es distinta a la de otros críticos. De hecho, mi artículo más controvertido no es una crítica sino mi análisis sobre la memorización en los juegos de mesa. Y, aún así, la mayor parte de lectores no me faltó al respeto.
En el fondo, los problemas más frecuentes que he tenido han sido bastante mundanos. He puntuado algunos títulos demasiado bajo, lo que ha hecho que la categoría de 2 estrellas este casi vacía. Igualmente, dividir juegos entre 3 y 4 estrellas es un dolor y puede que haya sido demasiado estricto a la hora de dar 5. Sobre todo, y como sí me han señalado mis lectores, todavía no he escrito una guía en la que explique mi sistema de puntuación ¡Lo siento!
En última instancia, utilizar un sistema de puntuación ha sido beneficioso para mi y para mi propio blog. Me ha dejado llegar a una audiencia más amplia con mis críticas, ha sido útil a la hora de clasificarlas y hasta me ha permitido recomendar títulos excelentes de escasa repercusión. No es perfecto y podría hacerlo mejor, pero mis notas están aquí para quedarse. Al menos, por ahora.
A mí me parece una herramienta poderosa. No tanto para hacernos una opinión sobre el juego, porque cada persona puede pensar de manera completamente distinta sobre un título, como para hacernos una primera idea de las opiniones generales sobre el juego en cuestión e incluso para saber en primera instancia si los gustos de la persona que reseña se pueden asemejar a los nuestros. El problema es que se trata de una herramienta válida para las personas que investigan un poco y tratan de buscar opiniones diferente sobre ese juego en concreto, y no sirve de tanto para aquellas personas que buscan la primera opinión que encuentran y con eso se quedan.
Gracias por el comentario Aodham. Para mí es justamente eso, te da una primera impresión para investigar más y buscar opiniones. Es verdad lo que dices de los dos grupos. Por eso, para mí, ante la duda, lo importante es dar la oportunidad.