Cosmic Encounter ★★★★★ | Crítica

Si tan sólo pudiera quedarme con un juego de mi ludoteca, sin duda sería Cosmic Encounter. Ningún otro título representa mejor todo lo que aprecio de nuestro medio. Es divertido, desafiante, profundamente social. Cuando lo juego, siempre me río, y, gane o pierda, salgo sintiéndome enriquecido por la experiencia. Caótico e irreverente, no me cabe ninguna duda de que es uno de los mejores juegos de todos los tiempos.

EL SOMBRERO DE COPA

En Cosmic Encounter tomamos el control de una especie alienígena. Nuestro objetivo es establecer cinco colonias en planetas controlados por nuestros oponentes. Cada turno, le daremos la vuelta a la primera carta de un mazo para ver quién será nuestro objetivo. Después, le enviaremos unas cuantas naves y nos prepararemos para el conflicto. Sin embargo, la victoria no podrá obtenerse sólo por la fuerza, sino también por el compromiso y la astucia.

Cuando nos enfrentamos a otro jugador, podemos jugar dos tipos de cartas. La primera es una de ataque. Quien tenga la mayor suma entre sus naves y el número de la carta, gana. Sencillo, ¿verdad? Pero las cartas tienen valores muy próximos entre sí, tanto que un pequeño empujón puede darle la vuelta a la tortilla. Y hay una forma de conseguir que te empujen, que es pedir aliados y compartir la victoria con ellos.

Pero también podemos negociar. Al principio, puede parecernos absurdo. Las cartas de negociación siempre pierden ante un ataque, por muy bajo que sea su valor. Sin embargo, nos dan derecho a recibir una compensación. Por cada nave que nos destruya el enemigo, le quitaremos una carta de la mano. Y, al contrario que en otros juegos, no robamos cartas todos los turnos. La única forma de conseguir más es jugar todas las que tengamos, incluyendo las malas.

Eso está bien, pero es difícil creer que estemos hablando de uno de los mejores juegos de la historia. Hemos hablado de la negociación, del faroleo y hasta de la gestión de mano, pero, ¿dónde está la magia? Muy cerca. Estas mecánicas son como un sombrero de copa, objetos mundanos que se vuelven mágicos en las manos de un brillante prestidigitador. O, en nuestro caso, en los tentáculos de una extraña forma alienígena.

Uno de ellos, Cronos, tiene el poder de retroceder en el tiempo cuando pierde una batalla. Las naves de Zombi son inmortales y Parásito se puede aliar con todo el mundo, aunque no le hayan invitado. Son tan sólo algunos ejemplos de los más de cincuenta alienígenas que vienen en la caja. Cada uno es distinto, irremplazable y, en su conjunto, forman los poderes más creativos de toda la historia lúdica.

Los alienígenas supercargan al resto de mecánicas. Farolear para colar un buen ataque es fácil, hacerlo cuando el Hechicero te puede cambiar tu carta por la suya, no tanto. Negociar es potente, pero lo es aún más para Hacker, que escoge a quién le coge compensación, ¡aunque no sea su oponente! Los alienígenas cambian por completo el juego y cada uno lo hace de una forma distinta.

INTERACCIONES

Ahora, los alienígenas no sólo cambian cómo juega su propietario. Sus poderes se cruzan e intersectan entre ellos, dando pie a todo tipo de escenarios. Algunas partidas dependerán más de las cartas, otras del engaño y algunas de negociar. Derrotar a Calculador nos exigirá ejercitar la destreza numérica pero es posible que el faroleo de Tahúr le supere. Puestos a elegir, ¿a cuál prefieres invitar de aliado?

Me acuerdo de una partida que jugué hace 2 o 3 años. Había un alienígena, Profeta, que ganaba colonias si acertaba quién iba a ganar la batalla. Y más valía que fuéramos nosotros porque otro alienígena, Escéptico, nos hacía perder el doble de nave si no lo hacíamos. Tahúr también estaba presente, intentando hacernos creer que sus cartas giradas boca a abajo eran poderosos ataques. En cuanto a mí, tenía la mano perfecta porque tenía el privilegio de ser Aristócrata y poder elegirla en el momento de comenzar la partida.

Son estas interacciones tan complejas las que hacen que Cosmic Encounter sea una especie de puzle caótico. Cada partida, tendremos ventajas y desventajas distintas. Los alienígenas y las cartas no serán los mismos y, por lo tanto, tampoco lo será nuestra forma de enfrentarnos al juego. La habilidad más importante de Cosmic Encounter es evaluar y entender estas interacciones y pensar en cómo podemos aprovecharnos de ellas.

Es aquí donde las mecánicas demuestran de lo que son realmente capaces. Los alienígenas son tan potentes que exigen una flexibilidad absoluta al resto del juego. Y, pese a ello, Cosmic nunca se atasca. Siempre hay salidas; cartas de un sólo uso, alianzas, faroleo y hasta quitarle el poder a nuestro oponente. De hecho, es posible que ganen varios jugadores al mismo tiempo, una mecánica extremadamente infrautilizada que crea una dinámica increíble.

En el fondo, Cosmic es uno de los pocos juegos que realmente son de ciencia ficción. Generalmente, se le da esa etiqueta a todo título con láseres, nébulas o civilizaciones espaciales, sea cual sea su contenido. Pero mientras que Xia no deja de ser un Western y Eclipse un juego económico, Cosmic Encounter se centra en la especulación que subyace en lo más profundo del género.

NO SÓLO PARA FIESTAS

A algunos jugones, sobre todo a los más veteranos, no les gusta Cosmic Encounter. Es tan rompedor hoy como en 1977 y se opone a toda expectativa infundada de cómo debería ser un juego de mesa. Es abiertamente social, interactivo y, a veces, hasta injusto. No limita su propia creatividad por hacernos sentir más cómodos y es innegablemente divertido de una forma que a los adultos a veces les cuesta aceptar.

De hecho, es posible pasarlo mal en la primera partida. No entender cómo funciona tu alienígena, olvidarse de gestionar la mano o invitar a todo el mundo como aliado puede romper el juego. Hasta tuve que escribir una guía sobre cómo tener una buena primera partida. Cosmic Encounter es un juego frágil y que depende en un mayor grado de los jugadores que la mayor parte de juegos del mercado.

Es fácil cometer el error de pensar que Cosmic es un chorrijuego. Hasta yo lo pensé. Cuando lo probé, me gustó, pero no le di la importancia que se merecía y no volví a jugarlo hasta varios años más tarde. Al fin y al cabo, el caos, la felicidad y el oportunismo no están incluidos en las definiciones más comunes para el término «profundidad». Pero el tiempo demostró que me equivocaba. No sólo es sólo divertidísimo ver cómo tu alienígena interactúa con tus rivales, también aporta muchísima estrategia.

Afortunadamente, la edición de Fantasy Flight es una maravilla. No sólo destaca por sus elevados valores de producción, incluyendo alienígenas preciosamentamente representados y naves de plástico, sino que está muy cuidada e incluye mucha variedad. Los alienígenas han sido clasificados por lo difícil que es jugarlos, una gran ventaja para los novatos y, si tiene un defecto, es que, a veces, los textos son innecesariamente largos.

He jugado a miles de juegos, digitales y analógicos. Pero, en los 45 años transcurridos desde su lanzamiento, pocos han sido tan buenos como Cosmic Encounter. Se ha convertido en uno de mis títulos favoritos, una fuente inagotable de inspiración para diseñadores de todo el mundo y ha demostrado tener una rejugabilidad infinita. Es todo lo que quiero de un juego, y me encanta.

COSMIC ENCOUNTER (1977)
DISEÑOBill Eberle
Jack Kittredge
Bill Norton
Peter Olotka
ILUSTRACIONESAndrew Navarro
Ryan Barger
Felicia Cano
et, al.
EDITORIAL
Fantasy Flight Games
Edge Entertainment
DURACIÓN90 minutes
NÚMERO DE JUGADORES
4-5 (Best with 4-5)PUNTUACIÓN★★★★★

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