Durante más de ciento cincuenta años la comunidad científica se ha preguntado qué hay más allá de la órbita de Neptuno. Extrapolando los movimientos de los cometas, buscando en nubes de gas y comprobando la existencia de asteroides, se esperaba demostrar la existencia de un noveno planeta. La Búsqueda del Planeta X traslada esta historia al lenguaje de los juegos de deducción, partiendo de las bases asentadas por Cluedo.
EL MÉTODO CIENTÍFICO
Al comienzo de la partida, recibimos una hoja vacía. Representa el espacio visible de nuestro sistema solar y se divide en sectores. Cada uno puede contener un cometa, asteroide, planeta enano o nube de gas, lo que deja al Planeta X oculto en uno de los espacios aparentemente vacíos que quedan. Nuestro objetivo es publicar nuestros descubrimientos para conseguir puntos, sin olvidar que el planeta que da nombre al juego es el mayor premio de todos.
Para encontrar estos elementos, disponemos de tres acciones distintas. La primera es hacer un barrido en varios sectores del cielo con nuestro telescopio, lo que nos hará saber cuántos elementos de un tipo hay en ese espacio. La segunda es ir a conferencias para aprender la relación entre un elemento y otro. Y, por último, podemos enfocar nuestras lentes en un único sector para ver qué hay en él.
Cuanto más precisa sea la información que buscamos, más tiempo necesitaremos para obtenerla. En la práctica, esto significa que la información abstracta o probabilística es más fácil de conseguir que un resultado exacto. Triangular la posición de una nube de gas barriendo el lado opuesto del cielo, conociendo la posición más probable de un asteroide, no sólo es posible sino que es más divertido que adivinarlo por pura eliminación.
Y, lo que es más interesante, nuestros rivales también aportan datos. Cuando realizamos una acción, estamos obligados a anunciar qué estamos buscando y dónde. La respuesta, sin embargo, se da por privado mediante una aplicación. Al contrario que otros juegos de deducción, La Búsqueda no regala nuestros descubrimientos. Tan sólo es posible saber qué han averiguado los demás si entendemos qué pueden estar investigando.
Puede que no sepamos qué ha encontrado nuestra rival, pero, si ha dejado de perseguir asteroides, quizás sea porque ya sepa dónde están. Este tipo de deducción oblicua es lo que hace al juego especial. Cada elemento de La Búsqueda sigue una norma para fomentar este aspecto. Los asteroides tienen que estar adyacentes los unos a los otros, los cometas sólo aparecen en ciertos sectores y los planetas enanos no pueden tener el Planeta X al lado.
PUBLICAR O MORIR
Sin embargo, lo que separa a La Búsqueda del resto de su género es la necesidad constante de respuestas. Cada dos o tres turnos se nos dará la opción de publicar nuestras teorías sobre el sistema solar. Si sabemos dónde se encuentra un cometa, asteroide o cualquier otro elemento, podemos colocar una ficha boca abajo. Pasado un tiempo, se revelan todas y se comprueba si son correctas.
Esta es la mayor fuente de puntos del juego. Averiguar la localización del Planeta X, aunque importante, no lo es todo. De hecho, si nos centramos demasiado en él, no conseguiremos los suficientes puntos como para ganar. El mundo académico es implacable y hay que publicar aunque no estamos preparados. A menudo nos veremos obligados a adelantar teorías de las cuales no estamos del todo seguros.
Afortunadamente, publicar tonterías apenas conlleva un castigo. Jugársela al setenta por ciento o seguir a ciegas las ideas de los demás merece la pena. El hecho de que las teorías se jueguen boca abajo pero que no sean reveladas hasta pasado un rato también fomenta este tipo de jugadas. ¿Confías en tu habilidad de deducir lo que ha jugado tu oponente? ¿O no te fías de sus habilidades científicas?
La necesidad de puntuar constantemente es extremadamente importante. Como Cryptid y la mayoría de juegos de deducción, La Búsqueda del Planeta X se erige sobre las bases que asentó Cluedo. Desgraciadamente, este viejo clásico tiene un defecto mortal: Todo el mundo tiene acceso a la misma información y, por tanto, tiene las mismas posibilidades de resolver el crimen. Y como resolverlo es la única condición de victoria, todos los demás aspectos quedan distorsionados.
Publicar teorías es una forma de permitirnos diferenciarnos de nuestros rivales. Podemos obtener más información, jugar mejor y que esto quede reflejado en la puntuación final. Así, se evita el problema de abalanzarse a resolver lo antes posible, incluso con una solución incompleta, porque siempre es mejor jugársela que dejar la posibilidad de acertar a otro jugador. De hecho, ser el primero en descubrir el Planeta X no da ninguna ventaja. Una vez alguien acierte su localización, el resto también puede intentar encontrarlo.
RIVALES DE SU GÉNERO
La Búsqueda del Planeta X no soluciona todos los problemas de su género. Como casi todos sus colegas, es una experiencia puramente matemática. Puede que tenga interacción, que la carrera a encontrar el planeta titular sea interesante, y hasta que funcione bien el sistema de publicación de teorías, pero sigue siendo un puzle.
Me hubiera gustado ver algún otro detalle que lo llevara a lo más alto. Le falta la narrativa de Sherlock Holmes Detective Asesor o el villano controlado por otro jugador que caracteriza a Tragedy Looper. Incluso en el modo experto, que aumenta el tamaño del tablero y permite hacer sondeos más extensos, me sigue faltando algo. El mero hecho de tener un elemento más habría sido una maravilla.
Aún así, sigue siendo un gran juego. Puede que hasta uno de los mejores títulos de deducción de los últimos años. Es elegante, limpio y tanto la aplicación como la hoja de ayuda están extraordinariamente realizadas. Lo he disfrutado más cuanto más lo he jugado y, si bien no son sus mejores números, se puede jugar tanto en solitario como a dos. Hasta tiene varios niveles de dificultad.
Puede que La Búsqueda del Planeta X no cumpla todas nuestras fantasías cósmicas pero acierta con todo lo que promete. Cada vez que lo he jugado, me he quedado con ganas de más. Puede que la ciencia espacial sea fría e impávida, pero merece la pena.
LA BÚSQUEDA DEL PLANETA X (2021) | |||
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DISEÑO | Matthew O’Malley Ben Rosset | ILUSTRACIONES | James Masino Michael Pedro |
EDITORIAL | Foxtrot Games Renegade Game Studios Maldito Games | DURACIÓN | 75 minutes |
NÚMERO DE JUGADORES | 1-4 (Mejor con 3,4) | PUNTUACIÓN | ★★★★ |