A veces, los juegos tienen que ser difíciles
Con la publicación de Sekiro hemos vuelto al mismo debate de siempre sobre la dificultad en los juegos. Se ha vuelto a decir que es una forma de exclusión, una reliquia superada de un pasado peor. Hay quien ha llegado a decir, incluso, que los juegos difíciles faltan el respeto al jugador y que todo buen desarrollador debería incluir un modo fácil.
Y yo no estoy de acuerdo. No creo que un alto nivel de dificultad sea ni una forma de exclusión, ni una reliquia del pasado ni falte el respeto a nadie. Al contrario, creo que, a veces, simplemente hace falta.